sábado, 11 de septiembre de 2010

"Luz en mi Oscuridad"

        Muchos creen que las” discapacidades”, no contar con el funcionanbmniento de algunos de nuestros sentidos, nos hacen menos .. Pero la realidad es otra pues al faltar uno de éstos, los demás son utilizados con mayor  potencia.

       Un ejemplo de mujer con esas características es sin duda la famosa escritora y conferenciante norteamericana, que logró renombre internacional por sus trabajos en beneficio de los ciegos, conozcamos la historia de HELEN KELLER 
     Nace en 1880, y antes de cumplir dos años de vida perdió la vista y el oído en el transcurso de una enfermedad. "Durante casi seis años", dijo, "viví privada del menor concepto sobre la naturaleza o la mente, la muerte o Dios. Puede decirse que pensaba con mi cuerpo, y, sin excepción, los recuerdos de aquella época están relacionados con el tacto... No había una chispa de emoción o racionalidad en esos recuerdos clarísimos, aunque meramente corporales; podía compararme con un insensible pedazo de corcho. De pronto, sin que recuerde el lugar, el tiempo o el procedimiento exactos, sentí en el cerebro el impacto de otra mente y desperté al lenguaje, el saber, el amor, a las habituales nociones acerca de la naturaleza, el bien y el mal."
Lenta, penosamente, aprendía los nombres de las cosas que podía tocar; aprendió a hablar y a escuchar con las manos. Aprendió a escribir y a mecanografiar. Fue admitida a “Radcliffe College”, y allí cursó estudios. Ninguna mujer de su época ha sido con mayor justicia celebrada.
Es ciertamente notable que una mujer tan impedida físicamente desde la niñez haya podido inspirar a otros y ejercer el bien sobre personas y grupos del mundo entero, especialmente a través de su labor con la Fundación Americana para el Ciego. Su propia experiencia en elevarse triunfalmente por encima de sus limitaciones físicas le permitió ayudar no solamente a los sordo-ciegos, sino a cuantos tuvieron la oportunidad de conocerla.
Indudablemente, no habría podido jamás lograr tanta influencia sobre los demás si careciera de recursos anímicos bien cimentados. El profundo sentido de lo divino colma su vida de delicia, vitalidad y al truismo siempre creciente.
Sin embargo, Helen Keller nunca afirmó que sus experiencias eran únicas. Por el contrario, las creyó asequibles a todos los hombres y mujeres, con imposibilidades físicas o no, que necesitan un perdurable núcleo de fortaleza dentro de sí mismos. 
Recomiendo leer "Luz en mi Oscuridad" es el libro escrito por Keller que recoge cada vivencia y recursos utilizados en la existencia de esta extraordinaria mujer.

Cuando aprendí el significado del “yo” y el “mi” me enteré de que yo era “algo” y comencé a pensar. El hombre se busca y estudia a sí mismo, y a su debido tiempo encuentra su grado de extensión y el verdadero significado para sí del universo...


Leer más  http://encontrarte.aporrea.org/media/49/personaje49.pdf


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